sábado, 16 de febrero de 2008

Re-animator



Por favor, no. En espiral te voy sintiendo cada vez más latente. Sin darme oportunidad siquiera de alzar mis brazos para protegerme la cabeza te estrellas contra mi cráneo. El estrépito del hueso perforado hace que las ventanas exploten y de nuevo comience la función.

Hay filas interminables de rostros; con máscaras, diseccionados, amorfos. Cuando cruzo la puerta todo se vuelve oscuro. Ya no siento nada, más que algo me corta en pedazos. No tengo mi cara, y una decena de vidrios me atacan.

Además de todos los vidrios incrustados en mis manos, todavía tengo que tantear a gatas, buscando partes de mi cara. Qué trágico tiene que ser el inicio del reencuentro. Diálogos sesgados y miradas que no dejan espacio ni siquiera para que me guarde una que otra melodía perdida. Se cierra la puerta y de nuevo quedo varada en medio de cristales rotos, que mientras los piso, adivino su tintinear como campanas...

Me pregunto si ese latido salió de mi corazón...


NO. Es un bólido, que choca contra alguna de las paredes y con su paso arranca pedazos de mi vestido. No sé a dónde moverme. Cualquier paso en falso puede ser el último. Creo que todo esto lo planeaste, desde el principio. Algo me alcanza, me atrapa, me golpea. La herida es grave. Mi falta y la tuya están hechas y no hay manera de apelar por mi libertad.



Me tienes encerrada en tí mismo. Yo quería adentrarme aquí, pero nunca pensé que dentro fuera a resultar todo tan oscuro.

No hay comentarios: