lunes, 28 de abril de 2008

Tres poemas para Adán

En un principio, estaba la manzana
que al atorarse en tu boca se hizo nuez
luego obsesión
y al final quedó escondida entre palabras reprimidas

Después fueron las hojas, por vergüenza
y en pos del pudor vano
fueron elegidas para cubrir tus irrisorios materiales
creadores de vida

La sed, el hambre, la muerte
Caín y Abel:
La culpa no es de uno solo,
recordá que compartimos el mundo

recordá que compartimos un poco
de la misma costilla.

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