miércoles, 17 de septiembre de 2008

Madrugadas

Desde las siete y media que no deja de llover. No puedo salir a bañarme, es lo malo de las casas así de viejas, con los cuartos separados y el patio enmedio.

Todas las noches buscando algo más para calentarse; además de frazadas, colchas y abrigos para pasar la noche.

Allá uno que se muere de calor, y aquí comienza ya a sentirse la inclemencia del frío.
(quiéreme, porque me esfumo...)


Continuará

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