sábado, 7 de junio de 2008

Golpes del destino

Una noche de verano, hace diecisiete años.
La verdad, lo único que queda de esa ilusión
en la noche de bodas

es el vaso en el que guardamos los cepillos de dientes
en el baño.

1 comentario:

Buen hombre dijo...

Que precario recuerdo. Algo fuerte tiene que haber pasado.