Ce omoztli
No bastan las guerras a los dioses,
el día de hoy sobre las vallas, los señores
en la casa de las serpientes, han vestido collares de jade
y suben a la casa celeste ataviados con cascabeles
entre nubes de incienso quemadas por los confesionarios carnales de los dioses
enzarzados de las plumas y trepando al sol
ellos bailan, místicos
que convierten los corazones aún palpitantes del esclavo en canción divina
sin dejar aparte la flor y el canto: la miel y el cacao
pies descalzos, pero almas henchidas
lluvia y viento, fuego y luna
son puestos uno en uno con ellos, los creadores
y los ramos de flores danzantes crean clamores circulares que culminan
cuando el caracol ha tomado su último soplo,
y del corazón del pueblo no se oye ya el tambor
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