quiere poseerme, quiere controlarme
y no me puedo esconder
ni parar de sonreírle
estamos frente a frente, piel con piel
como si nuestros vellos y nuestras uñas nos dijeran uno al otro: acércate
y como estamos en el metro Hidalgo, atascado a las 3 de la tarde,
no podemos escapar de esa fatídica atracción
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