Ahora resulta: que hasta las ratas son rizoma.
Montiel me susurró tranquilamente al oído un día: "el hombre es el único animal que sueña".
Sin embargo, lejanas voces provenientes de alguna montaña del norte niegan dicha aseveración. Para muestra, se habló de ratas. Ratas que sueñan laberintos. Ratas que se la pasan todo el día enclaustradas en laberintos, sometidas al experimento de científicos morbosos que se respaldan en la investigación neurológica para calmar sus impulsos perversos.
No me quedó más que recordar cierto roedor que no soñaba. No tenía registro de sueño alguno, ni siquiera durante su infancia.
En un principio, sentí lástima por él. (Pobrecito, no recuerda ningún sueño. Qué triste.)
Ahora pienso que tal vez su sueño es la vida misma, pero sin creer que la vida es sueño. No lo sabe, posiblemente él se indujo esta situación. Quizá sigue dormido, tal vez nunca despierte.
¿En qué parte del laberinto estaría la rata si estuviera despierta?
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