era una paja, absurda
volando entre ramas y alfalfa
era amarilla y sin vida
y las hojas de tulipán le eruptaban
en su cara
era un militar en tierra de nadie
con dos abismos a sus lados
y alambre de púas amarrado a sus dientes
trincheras que le condenaban
sin más pecado
que querer regresar a su hogar
era un poeta sin manos
sin boca, y cojo
como un ratón rodeado de serpientes
encontró a la tortuga marchita
el caparazón a punto de podrirse
era más pequeña que la palma de su mano
la paja triste empezó a llorar
la tortuga había amanecido entre los troncos
tal como amaneció el soldado, fusilado en la trinchera
como cualquier pedazo de tierra
pequeña, oculta
los pájaros se comieron su carne
la escupieron a sus bebés pajarito en la jaula oxidada
dejaron hueco el caparazón
y las cuencas de los ojos del soldado
No hay comentarios:
Publicar un comentario