No hay flores marchitas,
porque nunca estuvieron vivas
No hay hermanos que lloren su partida
porque perecieron todos,
uno a uno
en el monte
Los santos que le protegían han caído del cielo
en lluvia suicida
El polvo de ángel que le queda
no le alcanza para sentirse joven
Las pisadas son cada vez más cortas
Sus pulmones cada día se encogen
El cabello crece,
pero le quedan más grandes los pantalones
El hambre cada día es más insoportable
La fuerza para avanzar se queda en sus rodillas
Pobre mártir de la noche,
con tus tacones rojos, bien vestida
mostrándole todos tus huesos
a aquél coche
porque nunca estuvieron vivas
No hay hermanos que lloren su partida
porque perecieron todos,
uno a uno
en el monte
Los santos que le protegían han caído del cielo
en lluvia suicida
El polvo de ángel que le queda
no le alcanza para sentirse joven
Las pisadas son cada vez más cortas
Sus pulmones cada día se encogen
El cabello crece,
pero le quedan más grandes los pantalones
El hambre cada día es más insoportable
La fuerza para avanzar se queda en sus rodillas
Pobre mártir de la noche,
con tus tacones rojos, bien vestida
mostrándole todos tus huesos
a aquél coche
1 comentario:
y no hay dioses ni dicha
en sus noches
la vida sumida
en los baches
del hombre
estoica y herida
amanece
envejece
y alicaída
el futuro
parece una copia
podrida
marchita
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